La pandemia ha acelerado un cambio que ya se intuía en el funcionamiento de la sociedad, también en el ámbito empresarial. La incertidumbre ha entrado a formar parte de nuestro día a día, y debemos prepararnos para afrontar el futuro de una manera distinta. Valores como la flexibilidad, la innovación, la resiliencia y la adaptación al cambio son ahora claves en los proyectos y los equipos de cualquier empresa por grande o pequeña que sea. Y esa es precisamente la base de la llamada metodología Agile, hacer empresas ágiles para mirar el futuro con garantías.

¿Por qué trabajar en agilidad?

Esta forma de gestión empresarial se basa en la agilidad de los procesos y en la rapidez de la prueba-error, para mejorar constantemente. Nos movemos en entornos VUCA, volátiles, inciertos, complejos y ambiguos, y la única solución que tenemos, ya que no podemos estabilizar el entorno en el que nos ha tocado jugar, es trabajar sobre la capacidad de adaptación al cambio. Cómo hacer empresas adaptativas a la realidad cambiante y flexibles, de eso trata la agilidad.

Líneas estratégicas, más que estrategias cerradas

Hace años, cuando se hablaba de estrategia, se planificaba a largo plazo, en torno a diez años vista, pero con el tiempo se ha ido reduciendo ese horizonte. Con la metodología Agile no quiere decir que la estrategia se quede a un lado, sino que se aborda de una manera distinta, a grandes rasgos. Se trabaja sobre grandes líneas estratégicas, para luego definir las tácticas a corto plazo, basándose en el entorno cambiante en el que se mueven las empresas.

¿Sobre qué trabaja la agilidad?

En principio hay que trabajar sobre la cultura empresarial, con un cambio de la filosofía, de la mentalidad de cómo hacemos el trabajo y eso tiene que ver directamente con trabajar con los procesos, más ágiles, y por supuesto, con las personas que van a tener que implantarlo y cambiar esa manera de pensar. Cultura, procesos y personas son las columnas de esta metodología, que tuvo su origen en el mundo del software.

Trabajar con procesos más ágiles nos lleva a una cultura de la prueba-error y aprendizaje continuo que permite innovar, aprender más rápido y ser más productivos que la competencia.

Implicación de la dirección de la empresa

El punto de partida para aplicar esta metodología, -como cualquier otro cambio empresarial- debe nacer del convencimiento de la dirección de la empresa. Es ella la que debe dar ejemplo y alentar un cambio de cultura empresarial, como decíamos más arriba. A partir de ahí, se deberá comenzar por aquel departamento que esté más abierto y preparado al cambio, para después ir pasando al resto de áreas. La agilidad no se debe imponer como una norma, sino que se ha de interiorizar y trabajar poco a poco para que pase a formar parte de la cultura empresarial.

Como consultores debemos estar en constante reciclaje y formación para aportar a nuestros clientes la innovación y vanguardia empresarial que la actualidad requiere. Apostar por el crecimiento profesional del equipo humano siempre es un valor seguro para el futuro.

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